domingo, 24 de noviembre de 2013

Noches.

¿Desde cuándo la noche se ha convertido en mi día, y mi día en la noche?
A veces suelo preguntarme dormida.

El sol es una distracción frente a las actividades que suelo hacer. El calor es la pesadilla de todo estudiante.
Extraño el invierno, los cafés, la comida caliente, las sopas, caldos, la comida del casino, las caminatas por el centro sin preocupaciones, los tiempos gordos.

Extraño aquella organización funcional del tiempo, de mi vida. Los ciclos de día y de la noche, del sol y la luna, de Marte, Venus, Jupiter y Saturno.

Quiero dormir, y no dormir. Quiero dejar de estudiar, pero es una adicción tan fuerte, que hace que mis neuroreceptores no dejen de disparar sustratos.

Espero ser capaz de ser abogada...